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El secuestro de misioneros se instaura como “negocio” en Haití

“Secuestro” no es una palabra nueva en el actual contexto político-social que vive la vecina nación de Haití y en los últimos seis meses al menos dos grupos de misioneros han sido plagiados por alguna banda mientras estaban, llegaban o salían del territorio haitiano.

Con el actual secuestro de un autobús dominicano, el pasado 8 de mayo, en el que se desplazaban 17 personas, incluido un dominicano, se alimenta la hipótesis de que los misioneros que visitan el lado occidental de la isla son piezas de un “industria” en la que se intercambian sus vidas por dinero.

Ante el secuestro del autobus, conducido por un dominicano, este pasado jueves, el viceministro de Asuntos Consulares y Migratorios de República Dominicana, Jatzel Román, sentenció  que “el Estado dominicano no paga secuestros como tampoco pagan otros Estados”.

Informaciones que maneja el Listín indican que los secuestradores están pidiendo 450 mil dólares por cada uno de los misioneros que, según informaciones de las autoridades haitianas, son cooperantes en el campo de la educación y viajaban periódicamente a Haití.

También que ya arribaron a Haití personal de la misión a la que pertenecen los secuestrados con la intención de entablar negociaciones con la pandilla.

Una de las tesis que manejan las autoridades haitianas es la posible complicidad en los estamentos del propio Estado haitiano, al punto de llegar a filtrar informaciones a la banda una vez se produce el ingreso de misioneros por sus fronteras.

Del grupo de rehenes raptados por el grupo armado 400 Mawozo, en la comuna de Croix-des-Bouquets, ocho son turcos, igual cantidad haitianos, y el chofer, de nacionalidad dominicana.

Un escenario similar tuvo lugar en octubre del año pasado, cuando otros 17 misiones y sus familiares quedaron a merced de grupos criminales haitianos en la periferia de Puerto Príncipe, su capital.

Por el grupo de 16 estadounidenses y un canadiense, incluyendo menores de edad, 400 Mawozo exigía un rescate de un millón de dólares por cada uno

“Secuestro” no es una palabra nueva en el actual contexto político-social que vive la vecina nación de Haití y en los últimos seis meses al menos dos grupos de misioneros han sido plagiados por alguna banda mientras estaban, llegaban o salían del territorio haitiano.

Con el actual secuestro de un autobús dominicano, el pasado 8 de mayo, en el que se desplazaban 17 personas, incluido un dominicano, se alimenta la hipótesis de que los misioneros que visitan el lado occidental de la isla son piezas de un “industria” en la que se intercambian sus vidas por dinero.

Ante el secuestro del autobus, conducido por un dominicano, este pasado jueves, el viceministro de Asuntos Consulares y Migratorios de República Dominicana, Jatzel Román, sentenció  que “el Estado dominicano no paga secuestros como tampoco pagan otros Estados”.

Informaciones que maneja el Listín indican que los secuestradores están pidiendo 450 mil dólares por cada uno de los misioneros que, según informaciones de las autoridades haitianas, son cooperantes en el campo de la educación y viajaban periódicamente a Haití.

También que ya arribaron a Haití personal de la misión a la que pertenecen los secuestrados con la intención de entablar negociaciones con la pandilla.

Una de las tesis que manejan las autoridades haitianas es la posible complicidad en los estamentos del propio Estado haitiano, al punto de llegar a filtrar informaciones a la banda una vez se produce el ingreso de misioneros por sus fronteras.

Del grupo de rehenes raptados por el grupo armado 400 Mawozo, en la comuna de Croix-des-Bouquets, ocho son turcos, igual cantidad haitianos, y el chofer, de nacionalidad dominicana.

Un escenario similar tuvo lugar en octubre del año pasado, cuando otros 17 misiones y sus familiares quedaron a merced de grupos criminales haitianos en la periferia de Puerto Príncipe, su capital.

Por el grupo de 16 estadounidenses y un canadiense, incluyendo menores de edad, 400 Mawozo exigía un rescate de un millón de dólares por cada uno.

Las liberaciones de los religiosos se fue dando paulatinamente y el proceso duró cerca de dos meses, al concluir la odisea no se aclaró si se pagó o no el monto solicitado.

El diplomático dominicano

Más recientemente, el 4 de mayo, el agregado comercial dominicano en la embajada en Haití, Carlos Guillen Tatis, llegó a República Dominicana tras pasar casi una semana raptado por la referida banda, la cual, presuntamente, solicitaba US$500,000 para liberarlo

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